Tengo 4 princesas bajo el techo de mi casa:

Saray es la mayor de todas, mi primera hija, nació un 24 de mayo, no quería tener hijas, no me veía siendo madre y cuando la tuve entre mis brazos me pareció el ser más hermoso de la tierra. Siempre desde que es un bebé ha sido muy impulsiva, sin tenerle miedo a nada, fuerte hasta decir basta, ha podido con todos los baches de su vida, y ha estado a mi lado apoyándome siempre que la he necesitado. La admiro por ser como es, por ir de frente, por decir las cosas como las piensa.
Kassandra o Kassie como le digo desde que nació vino después, con ella las cosas fueron diferentes, muy diferentes, alomejor no vino en la mejor época de mi vida, respecto a coquetería es la más parecida a mi desde que tiene más o menos dos añitos, siempre tiene que ir perfecta y le encantan los vestidos e ir de compras conmigo, no suele replicar por nada es bastante conformista pero tiene una sonrisa que puede alumbrar un país entero.


Emma es la nueva pequeña de la casa, llora tan solo cuando tiene hambre o cuando pierde su chupete, trasmite una paz absoluta, una tranquilidad innata, cuando la tienes en brazos logra que todo lo demás desaparezca, nunca pensé que llegara a nacer, incluso los médicos pensaron que estaba en peligro pues mis altibajos, y mis nervios hacían que el feto no evolucionase bien, pero ella fue fuerte y logró soportar todo, logrando que una lágrima brotara de mis ojos al tenerla entre mis brazos, tan pequeña que parecía que se me iba a caer.
Son mis cuatro princesas, mis luceros, mi vida, mi día a día, son parte de mi, parte de algo que es imposible describir, y puedo decir orgullosa que tengo las niñas más preciosas del mundo.
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