-Mamí.
-¿Qué quieres cielo?
-Mírame, mírame. -Y al girar la cabeza - Así tienes que estar sonriendo, Siempre, siempre y siempre.


Aunque parezca que no, los niños se percatan de todo lo que pasa a su alrededor, y lo viven de una manera totalmente diferente a la de los adultos. Saben que algo esta mal y quieren poner su granito de arena para arreglarlo. 


Mis niñas mi mejor regalo.