¿Sabéis que bien sienta llegar a casa y escuchar el sonido de unas risas? Aparecer por la puerta del salón y que el pequeño que ya dá sus primeros pasos corra o más bien lo intente, y llegué hacia ti para fundirse en un abrazo, preguntarle ¿Cúanto quieres a mami? y abra los brazos hacia los lados intentando estirarlos todo lo que puede. 
 
Me da igual el mundo mientras en mi casa siga teniendo lo que más quiero. 

0 Opinions:

Publicar un comentario