Cuando falte estaré sentada en tu alma, en tu ojos, y en tu puerta, dirigiré tus motivos, tus victorias y tus guerras. Me sentaré en tus ojos viviendo cada parpadeo queriéndote vaya donde vaya cuando este sufrimiento termine. Os cuidaré, os intentaré guiar por el mejor camino, y os amaré siempre.
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