
Mientras bebía y fumaba intentando hacer el menor ruido posible, miró la luna. "Está decreciente. Presiento que al igual que ella, poco a poco, yo iré decreciendo también. Si no hago algo para evitarlo, claro" se dijo. "A partir de ahora voy a ser la mujer más fuerte del mundo". Sabía que eso iba a ser duro, y sabía que dolería mucho mucho, pero ya estaba decidido. Se lo había prometido a sí misma en aquella ventana y no podía fallarse; pues ella misma era todo cuánto poseía.
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