Diez veces diez

Ella se dio cuenta, de repente, releyendo
fragmentos de su yo pasado.
Había estado equivocada todo el tiempo,
maldita sea, pero no era tarde.
Más bien lo contrario.
La razón no habían sido todos
los "él" del pasado o del presente.
Ellos no habían tenido nunca la culpa.
Tenía miedo y estaba jodida
y no era por ellos. ¡Cómo pudo
no darse cuenta de eso!
Ellos no eran la razón. 
Era ella. Ella había sido la razón todo el tiempo.
La única y maldita razón.
Había sido su propio obstáculo
y había supuesto su propia y
lenta autodestrucción.
Y se había comportado como la ilógica,
la miedosa y la egoista.
Puff, como un trago de tequila
a palo seco, tendría que asimilar
la verdad con limón y tiempo.
Que cuente hasta cien.
Y si no sabe,
que cuente diez veces diez.

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