
Ya no tengo ni idea de los números de teléfono que he borrado. De las vidas que he destrozado. De las veces que he empezado de cero, de las lágrimas que me van erosionando esas putas ojeras que se están convirtiendo en el pan de cada día. No puedo llevar la cuenta de los momentos intensos que van dejando cicatrices. Del número de conjuntos de lencería nuevos después de cada final.
Había comprado bolígrafos nuevos para recuerdos nuevos, había apostado como nunca, aún teniéndolo todo. Dejé lo que siempre había buscado por seguir buscando cuando juré que ya lo había encontrado. Cambié de carril y me metí en dirección contraria sin darme cuenta de que iba contra una pared, de esas en las que me apoyo en el baño cuando me fallan las piernas y me convierto en odio y cataratas.
Pienso drogarme con helado y canciones de P!nk, seguir coleccionando motivos y encaje de colores distintos, siempre nuevos.Pintaré estos labios de rojo y un quetejodan en la frente. No voy a dejar que acabéis con la poca cordura que me queda, con las ganas de vivir que se me renuevan cada mañana. Ya sabes dónde estoy, al final de la calle. Pero el callejón se está tapiando, en menos de una semana será un callejón sin salida.
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