Porque
de repente tú estas aquí, existes, porque un momento tuyo es
inmenso. Ayer es pasado, mañana todavía no existe, lo que cuenta es
hoy, el presente.
-Todo
es una mierda, la vida es una mierda, joder.- dijo él.
Ella
decidió contarle una historia, un juego para distraerlo. Le pidió
que imaginara que había ganado un concurso cuyo premio era el
siguiente: todas las mañanas, un banco le abriría una cuenta con
86.000 €. Pero como todos los juegos tenía unas reglas, éste
tenía dos.
-
La primera regla es que todo lo que no te has gastado en el día, te
lo quitan por la noche. No se pueden hacer trampas, no puedes
traspasar el dinero a otra cuenta, sólo puedes gastarlo. Pero a la
mañana siguiente, al despertar, el banco te abre otra cuenta con
86.400 €. La segunda es que el banco puede interrumpir este juego
sin previo aviso. En cualquier momento puede decirte que se ha
acabado, te cancela la cuenta y ya no te abre ninguna más. ¿Qué
harías?
Él
respondió que se lo gastaría todo en lo que le apeteciera y en
hacer multitud de regalos a las personas que quería. Emplearía
hasta el último céntimo que le diera ese "banco mágico"
en llevar la felicidad a su vida y a la de los que lo rodeaban.
-Incluso
a gente que no conozco, porque no creo que pueda gastar en mi y en
mis allegados esa cantidad al día. Pero, ¿a dónde quieres ir a
parar?
-Ese
banco mágico lo poseemos todos- contestó ella - Es el tiempo. Son
los segundos que pasan. Todas las mañanas, al despertar, se nos
abonan 86.400 segundos de vida en nuestra cuenta para ese día, y
cuando nos dormimos por la noche no hay suma y sigue; lo que no has
vivido ese día se ha perdido, ayer acaba de pasar. Todas las mañanas
se repite lo mismo, se nos dan 86.400 segundos de vida, pero jugamos
con esa regla inevitable: el banco puede cancelarnos la cuenta en
cualquier momento sin previo aviso, en cualquier momento la vida
puede acabar. ¿Qué hacemos pues, con nuestros 86.400 segundos
diarios?¿No son más importantes unos segundos de vida que unos
euros? Hay muy pocas personas que se dan cuenta de la importancia del
tiempo. ¿Quieres aprender lo que es un año de vida? Pregúntaselo a
un estudiante que acaba de suspender un examen de final de curso. ¿Un
mes de vida? Díselo a la mujer que acaba de traer al mundo a un niño
prematuro y espera que salga de la incubadora para estrecharlo entre
sus brazos sano y salvo. ¿Una semana? Que te lo cuente un hombre que
trabaja en una mina para mantener a la familia. ¿Un día? Háblales
del asunto a dos que están locamente enamorados uno de otro y
esperan el momento de volver a estar juntos. ¿Una hora? Pregúntale
a una persona claustrofóbica encerrada en un ascensor. ¿Un segundo?
Mira la expresión de un hombre que acaba de salvarse de un accidente
de coche. ¿Una milésima de segundo? Pregúntale al atleta que acaba
de ganar la medalla de plata en los juegos olímpicos, en vez de la
de oro para la que lleva toda su vida entrenándose. La vida es
mágica, cariño, así que por favor aprovechemos todos los segundos
que nos quedan.
Él
la tomó entre sus brazos y ella le pudo susurrar:
-Cada
segundo contigo cuenta más que ningún otro.
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