Sentada en mi habitación junto a un gran ventanal convertido en mundo, a través de él veo gente por su calle, miro mis pies postrados, reclinados en estribos de hierro, sueño y saco el alma con sus fuertes alas y vive, se mueve, anda, se siente alegre, y te veo en la distancia, tal vez alcanzarte y abrazarte no pueda, pero si, amor, protegerte, con la fortaleza de mi alma.


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