'Aunque tu no lo sepas, me inventado tu nombre, me drogué con promesas, y he dormido en los coches aunque tu no lo entiendas, nunca escribo el remito en un sobre por no dejar mis huellas... 

Aunque tu no lo sepas, me he acostado a tu espalda y mi cama se queja, fría cuando tu marchas he blindado mi puerta y al llegar la mañana, no me di ni cuenta de que ya nunca estabas... 

Aunque tu no lo sepas, nos decíamos tanto con las manos tan llenas, cada día mas flacos,inventamos mareas, tripulábamos barcos yo encendía con besos... el mar de tus labios'



La verdad es que no se si llorar o reír, no se si estar triste o feliz... Después de idas y venidas, enfados, soñar contigo, hablar sola como si estuvieras a mi lado, de creerme que sería única, de creer nuestras promesas, de estar enfrente de tu casa pensando si saldrías a buscarme, de cartas que nunca han sido enviadas... De echarte de menos de noche, de abrazarme a la almohada... 
Y cuando pensaba que había cerrado mis sentimientos con candado que ibas a estar ahí de por vida, que jamás nadie iba a sacarte de mis pensamientos... algo cambio, seguía habiendo amor, pero ya podía respirar...
Logramos ser uno, logramos ser un cuento... 
Coge aire y sigue. Sigue. Avanza. Escala poco a poco la montaña que te empeñaste en dejar atrás. Que no te derrote, que no te haga caer. Y ten presente que siempre que se supera un obstáculo hay otro detrás, esperando impaciente su momento de gloria. Lo que parece el fin no es más que una coma. Un punto y seguido como mucho. Y hay que coger fuerzas de las piedras y dejar las lágrimas en algún lugar muy muy lejano donde no sea fácil encontrarlas y seguir y seguir…
Quiero ser... una hoja de tu diario con la esquina doblada, un escalofrío recorriendo tu espalda, quiero ser un fuego tibio al que arrimarte en las noches de Otoño, ser una transeúnte de tus calles solitarias, ser la alquimista que dora tu mirada, quiero ser cristal empañado por tu llanto, cuando haya un tropiezo. 
Y si pudiera conocer todos tus sueños... y posarlos en tus dedos y que no despiertes más, si yo pudiera despejar todas tus dudas, de esta pobre cara dura que sólo te puede amar. Quien te haga olvidar a todas las que te besaron,que nunca jamás añores tu pasado, arrancarte un pellizco de tus sentimientos con una SONRISA...
Qué arrogantes somos. Nos da tanto miedo la vejez que intentamos prevenirla. No vemos que es un privilegio envejecer junto a alguien, alguien que no te empuje a cometer asesinatos o que no te humille hasta hundirte en la miseria. Es bonito..
¿Dónde quedaron esas promesas de niños? Esas promesas de si tu mueres yo voy detrás, si necesitas una mano yo te la voy a tender, si tu saltas yo salto, un para siempre, que queda en para... ¿Dónde están esas sensaciones de estar protegida? De que nadie va a poder contigo si esta el, tu mano derecha, tu guarda espaldas, tu manera de llorar hasta no poder mas en el que una tontería hacia que volvieras a reír... ¿Dónde quedó el pasado? Un helado de chocolate, una película empalagosa, y no se necesitaba más, aunque solo hubiera silencio la compañía era lo que importaba... 
¿Qué queda ahora? ¿Qué ganamos con maduras?...


No es por fardar pero mis niñas mayores son dos muñequitas de porcelana. 
Café, café, café. Lo primero que hice en cuando llegué fue acercarme a la cafetera y preparar café. Mi mirada no se dirigía a ningún lugar en concreto pero mis manos hábiles sacaban un cigarrillo del bolsillo del pantalón. Me lo puse entre los labios y lo encendí. Acto seguido lo apagué, me enjuagué la boca y me tumbé en el suelo. Estaba sucio y en mi pelo limpio se engancharon pelusas y otros objetos roñosos no identificados.
Hay cosas que nunca cambian. Pero hay muchas otras que sí y hay que andarse con ojo.
Al cabo de exactamente diez minutos me levanté, me serví un café y me senté en la encimera. Cerré los ojos y me acaricié el cuello. Puse cara de dolor y resoplé. Estuve un rato así, intentando no pensar en nada; intentando destruir el paso del tiempo. El café se enfrió, el tiempo pasaba, daba igual, daba igual desear con todas las fuerzas que no lo hiciera. 
Di un salto me bajé de la encimera y tiré el café. De repente mis ojos se llenaron de lágrimas, me apoyé en la pared y lloré. Lloré, lloré y lloré. Era como una descarga eléctrica; mi cuerpo se agitaba y caía, me resbalaba por la pared hasta que choqué contra el suelo. Escondi la cabeza entre mis piernas, las abracé e intenté calmarme. Poco a poco empecé a respirar con normalidad. Me froté los ojos y me levanté despacio.

Café, café, café. Lo primero que hice en cuanto volví en si fue acercarme a la cafetera y preparar café. Mi mirada reflejaba seguridad, firmeza y determinación y mis manos hábiles se abstuvieron de sacar porquerías del bolsillo. Cogí una barrita energética y la mordí. Acto seguido, con cara de relajación, me tumbé en el suelo.
Hay cosas que nunca cambian. Pero hay otras muchas que sí, y menos mal. 
Al cabo de exactamente diez minutos me levanté, me serví nuevamente un café y me senté en la encimera. Cerré los ojos y me acaricié el cuello. Puse cara de alivio y sonreí. Estuve un rato ahí, intentando no pensar en nada, notando como el tiempo pasaba a través de mi cuello. Y estaba bien; no hacía daño, tan solo hacía cosquillas. Abrí los ojos y eché azúcar en el café. Aún estaba caliente. De un salto me  bajé de la encimera y me tomé el café. Después me senté en el suelo, metí la cabeza entre las piernas y las abracé.
"Nunca mires atrás, cada decisión marca tu camino y ahora has decidido estar sola en esto. Pues muy bien, adelante, la puerta está abierta y sólo tú puedes atravesarla. Sola. Lo necesitas y lo sabes; aprenderás de ello y acabará por gustarte. Será duro al principio, mucho, pero la recompensa será infinita. Atrévete y deja de mirar atrás y a los lados de una vez por todas"
Me levanté muy rápido. No había tiempo que perder. Estaba preparada para comenzar el primer día del resto de mi vida. Todos los días lo son, al fin y al cabo.
This time baby, I'll be Bulletproof.
Mi heart is black and my body is blue and I'm losing my favourite game you're losing your mind again...
I'm wide awake, not losing any sleep picked up every pieces and landed on my feet. I wish i knew then wouldn't dive in. I'm trying to hold on, god knows that tried seeing the bright side, but i'm not blind anymore.

¿Qué por qué me levanto cada mañana? Porque en el lado derecho de mi cama tengo a un niño que me mira regalándome su mejor sonrisa, esperando pacientemente a que me despierte, para el es mi primera sonrisa de la mañana. Los sábados se abre la puerta de mi habitación y dos pequeñas rubias corren y saltan a los pies de la cama, tirando de las sábanas para que me levante, lanzándose encima de mi, con cuidado de no chafar al pequeño que no para de reír. La habitación se llena de felicidad, risa, mariposas, hadas. Y yo me siento bien, soy feliz, son mi vida.
Me olvidé de andar sin tropezarme, de caminar sin salirme de la línea que separa una baldosa mugrienta de otra. Un paso adelante, ciento veinte hacia atrás. Me olvidé de olvidar, pero tampoco soy capaz de recordar nada. Hay veces que pienso que hasta me olvidé de vivir de lo rápido que corrí. Corrí y corrí; veloz, tenaz y segura, pero  me cansé, hubo un momento en el que no pude más y paré a descansar. Puse el despertador y me prometí ser obediente a su estrepitoso llamamiento; pero no lo hice y dormí y dormí hasta el fin. Creo que todo lo demás lo he soñado, pero no puedo asegurarlo.

Me olvidé de tantos nombres, libros, anécdotas, caras; y de tantos errores... Me olvidé, y ahora tengo que volver a empezar. Volver a empezar. Me da miedo, mucho, sinceramente
.

Diez veces diez

Ella se dio cuenta, de repente, releyendo
fragmentos de su yo pasado.
Había estado equivocada todo el tiempo,
maldita sea, pero no era tarde.
Más bien lo contrario.
La razón no habían sido todos
los "él" del pasado o del presente.
Ellos no habían tenido nunca la culpa.
Tenía miedo y estaba jodida
y no era por ellos. ¡Cómo pudo
no darse cuenta de eso!
Ellos no eran la razón. 
Era ella. Ella había sido la razón todo el tiempo.
La única y maldita razón.
Había sido su propio obstáculo
y había supuesto su propia y
lenta autodestrucción.
Y se había comportado como la ilógica,
la miedosa y la egoista.
Puff, como un trago de tequila
a palo seco, tendría que asimilar
la verdad con limón y tiempo.
Que cuente hasta cien.
Y si no sabe,
que cuente diez veces diez.











Desde la ventana de aquella pequeña casa alejada de todo podía ver el cielo estrellado más increíble que jamás hubiera imaginado. Por eso se fue allí. Se encendió un cigarrillo y abrió con cuidado la ventana. “El silencio es el peor de los ruidos” recordó. El viento afónico silbaba entre las montañas, la noche murmuraba secretos ancestrales y pequeños insectos se movían a su antojo por aquel mágico jardín, que era el suyo.
Mientras bebía y fumaba intentando hacer el menor ruido posible, miró la luna. "Está decreciente. Presiento que al igual que ella, poco a poco, yo iré decreciendo también. Si no hago algo para evitarlo, claro" se dijo. "A partir de ahora voy a ser la mujer más fuerte del mundo". Sabía que eso iba a ser duro, y sabía que dolería mucho mucho, pero ya estaba decidido. Se lo había prometido a sí misma en aquella ventana y no podía fallarse; pues ella misma era todo cuánto poseía.
Es todo lo que puedo decir.

Me encanta como se sorprende con cada pequeña cosa que ve, como si fuera la mayor novedad del mundo. Si fuera por mi lo dejaba así, sin que creciera más.Protegiéndolo de todo lo malo que hay en este lugar.